¿Cuántos mares tiene que surcar la paloma blanca
antes de poder descansar en la arena?
¿Y cuántas veces deben volar las balas de cañón
antes de ser prohibidas para siempre?
¿Y cuántos oídos debe tener un hombre
para que pueda oír a la gente llorar?
¿Y cuántas muertes se aceptarán,
hasta que se sepa que ya ha muerto demasiada gente?
¿Y cuántos años deben vivir algunos
antes de que se les permita ser libres?
¿Y cuantas veces puede un hombre volver la cabeza
fingiendo no ver lo que ve?
La respuesta, amigo mío,
está flotando en el viento.
antes de poder descansar en la arena?
¿Y cuántas veces deben volar las balas de cañón
antes de ser prohibidas para siempre?
¿Y cuántos oídos debe tener un hombre
para que pueda oír a la gente llorar?
¿Y cuántas muertes se aceptarán,
hasta que se sepa que ya ha muerto demasiada gente?
¿Y cuántos años deben vivir algunos
antes de que se les permita ser libres?
¿Y cuantas veces puede un hombre volver la cabeza
fingiendo no ver lo que ve?
La respuesta, amigo mío,
está flotando en el viento.
Estas son algunas estrofas de la canción titulada “Blowin' in the wind” (‘Flotando en el viento’) compuesta por el músico, cantante y poeta estadounidense Bob Dylan en 1963.
Con estos versos, celebramos, en el aniversario de la muerte de Mahatma Gandhi, el Día Escolar de la No-Violencia y la Paz, jornada educativa no gubernamental fundada en España en 1964 por el poeta y pacifista mallorquín Llorenç Vidal Vidal. El lema de este día es: “Amor universal, No-violencia y Paz”. En palabras de su fundador, “una semilla de no-violencia y paz depositada en la mente y en el corazón subconsciente de los educandos y, a través de éstos, en la sociedad”.
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